El ácido butírico es un ácido monocarboxílico, saturado, de cadena corta con cuatro átomos de carbono.
CH3-CH2-CH2-COOH
Se encuentra en algunas grasas en pequeñas cantidades, como la mantequilla. Es un producto final de la fermentación de carbohidratos por microorganismos del rumen y de la microbiota intestinal, tanto en animales como en humanos.
El nombre butírico viene del latín butyrum, que significa mantequilla, debido a que es el responsable del olor peculiar y sabor de la mantequilla rancia.
El ácido butírico se encuentra de forma natural en el tracto digestivo, ya que es producido por la microbiota intestinal al fermentar la fibra, y tiene un efecto positivo demostrado sobre la salud intestinal. Influye sobre el control de entero-patógenos y la protección/desarrollo de la mucosa intestinal.
Algunos de los efectos probados del ácido butírico sobre la pared intestinal son:
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- Incremento de la longitud de las vellosidades intestinales, lo que supone un incremento de la superficie de absorción de los nutrientes.
- Incremento de las secreciones intestinales, que implica mayor digestibilidad y protección de la mucosa entérica.
- Efecto antiinflamatorio y estimulante del sistema inmunitario local.
- Refuerzo de las uniones celulares de la mucosa entérica (Tight junctions), lo que reduce la permeabilidad del intestino.
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Esta última acción descrita, reducción de la permeabilidad intestinal, está cobrando cada vez mayor importancia a nivel clínico, ya que la asociación entre el aumento de permeabilidad intestinal y patologías con base inmunitaria e inflamatoria es cada vez más consistente y descrita en múltiples publicaciones.
Por otro lado, en situaciones que cursan con una microbiota menos diversificada, como por ejemplo enfermedad inflamatoria intestinal, tratamiento con antibióticos, etc., las bacterias productoras de este ácido son escasas. Esto supone una dificultad añadida para el buen desarrollo entérico y para la salud intestinal en su conjunto.
El butirato es una sustancia que se utiliza como alimento especifico de las células del colon. Esto parece interesante en colitis ulcerosa, donde la mucosa del colon se encuentra dañada. De hecho, se sabe que las células del colon de los pacientes con colitis ulcerosa activa no aprovechan bien el butirato que les llega, de manera que proporcionarles mayores cantidades de esta sustancia podría ser, al menos en teoría, útil. Estudios recientes sugieren que el butirato podría disminuir la inflamación intestinal en la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Aunque este efecto antiinflamatorio intestinal no se demostrado aún de forma inequívoca, abre la puerta a futuras investigaciones y desarrollos.
En animales de experimentación, el butirato previene el desarrollo de cáncer de colon.Teniendo en cuenta que los pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn del colon extensas y de muchos años de evolución tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de colon, esta propiedad del butirato, es a priori, una interesante vía de nuevas investigaciones.
Como vemos, el interes del butirato va más lejos de la salud intestinal en personas sanas, ya que puede ser elemento clave en patologias como las enfermedades inflamatorias intestinales.
Una forma de influir sobre la producción de ácido butírico por parte de la microbiota intestinal es el aporte de fibras con efecto prebiótico.
Los criterios que definen un prebiótico son resistencia a la acción enzimática de la amilasa pancreática y disacaridasas intestinales, dispersión en el medio acuoso intestinal, facilitando la accesibilidad de las bacterias y su fermentación por las mismas, y estimulación selectiva de la proliferación colónica de cepas consideradas beneficiosas para la salud (bifidobacterias y lactobacilos) con producción de ácidos grasos de cadena corta.
Estos criterios son fundamentalmente cubiertos por los fructanos (oligofructosa e inulina).
De esta manera, la selección de hidratos de carbono prebióticos específicos, puede suponer una herramienta de utilidad para incrementar la producción de ácido butírico a nivel intestinal mediante dos mecanismos:
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- Fermentación de la propia fibra prebiótica por las bacterias de la microbiota intestinal.
- Estimulación del crecimiento de poblaciones de microorganismos productores de ácidos grasos de cadena corta, principalmente de ácido butírico.
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Es necesario desarrollar más investigaciones y experiencia clínica en cuanto al aporte de estos prebióticos, fundamentalmente en cuanto a definición de dosis, duración de tratamientos, etc.
Seguimos avanzando en la investigación y desarrollo de intervenciones dietéticas destinadas a favorecer y optimizar la salud del binomio microbiota – epitelio intestinal.
Fuentes:
– ACCU España. ¿Dieta alta o baja en fibra en enfermedad inflamatoria intestinal?
– Efecto de los prebióticos sobre el metabolismo lipídico. Nutr. Hosp. v.18 n.4 Madrid jul.-ago. 2003.
– Prebióticos y probióticos en la regulación del metabolismo de los lípidos
– SCFAs (Short-Chain Fatty Acids). ELiE Health Solutions
– Tributirina, la influencia de una nueva forma de ácido butírico sobre la integridad digestiva
David Manrique
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