Intervención dietética sobre la microbiota intestinal

Aquí os dejamos un artículo de opinión escrito por David Manrique (@Manriquedvd) sobre dieta y microbiota, un tema de actualidad en la comunidad científica y sanitaria con un futuro prometedor.

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En los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento de la composición, funciones, y repercusiones para la salud de la microbiota intestinal. Este artículo de opinión tiene el objetivo de esquematizar y ordenar las intervenciones dietéticas enfocadas a fomentar y mantener la “salud” de la microbiota intestinal.

Mucho se está publicando actualmente sobre suplementos probioticos y prebióticos y otros tipos de intervenciones sobre la microbiota intestinal, como por ejemplo el trasplante de microbiota fecal. Pero es importante renombrar a la dieta y los alimentos que la componen como uno de los principales factores promotores de un correcto equilibrio de la microbiota, y situarla en la base de cualquier intervención sobre factores relacionados con la microbiota intestinal.

Múltiples publicaciones y estudios apuntan en la dirección de que la diversidad de microorganismos que componen la microbiota, así como la cantidad de los mismos, juega un papel relevante en sus funciones, con impacto directo e indirecto no solo en problemas de salud relacionados con el aparato digestivo, sino más allá, como por ejemplo obesidad, alergias, etc.

Uno de los elementos con impacto decisivo sobre la composición y “calidad” de nuestra microbiota es la dieta. Parece ser que una dieta rica en alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, legumbres, etc.) es capaz de promover una mayor diversidad y equilibrio de la microbiota intestinal. En este sentido parece lógico promover una dieta en la que los alimentos vegetales estén representados en cantidades y variedad adecuada. Ni más ni menos que siguiendo los parámetros generalmente aceptados hoy día en relación a lo que debe ser un patrón dietético que fomente la salud y la prevención de enfermedades.

También tendríamos que fijarnos en la ingesta de alimentos fermentados, como por ejemplo yogures y leches fermentadas. Los cuales aportan microorganismos vivos (fermentos) que se han relacionado también con acciones beneficiosas sobre la microbiota intestinal. La ingesta de estos alimentos fermentados también se enmarcaría dentro de los parámetros de alimentación equilibrada, siendo, por ejemplo, parte de las raciones de lácteos consumidas, y aportando variedad al tipo de lácteos que forman parte de la dieta.

 

Equilibrio de la microbiota intestinal: Prevención vs. Tratamiento

La composición de la microbiota intestinal se encuentra en un equilibrio dinámico permanente. Las alteraciones de la dieta, los tratamientos antibióticos, etc. pueden alterar el equilibrio y conllevar la instauración de modificaciones en este ecosistema. Estos cambios dan lugar a nuevas funciones que pueden resultar perjudiciales para la salud del anfitrión (por ejemplo, obesidad, diabetes, etc.).

Al referirnos al mantenimiento de la “salud” y equilibrio de la microbiota intestinal, podríamos definir y diferenciar dos ámbitos, por un lado un ámbito preventivo enfocado a la promoción de un correcto equilibrio y composición de la microbiota intestinal, básicamente influenciado por los estilos de vida y principalmente por la dieta. Y otro ámbito de tratamiento, en el cual se trataría de reestablecer una microbiota intestinal adecuada cuando esta se haya deteriorado, y aquí nos moveríamos en intervenciones más allá de la dieta, entrando en juego medicamentos y/o suplementos nutricionales, e incluso técnicas como el trasplante de microbiota fecal.

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Evidentemente prevención y tratamiento forman en realidad una línea continua, más que dos “cajones” separados. Pero habrá situaciones, como por ejemplo, infecciones que requieran el uso de antibióticos, intervenciones quirúrgicas, etc que inevitablemente alteraran la microbiota, y que por tanto requerirán, junto con otras medidas, el reestrablecimiento de la misma hacia condiciones equilibradas.

Ni que decir tiene, que incluso en situaciones en las que se tenga que aplicar tratamientos específicos, como pueda ser la toma de un suplemento probiótico, las medidas de prevención y promoción, como la dieta, siempre tendrán que estar presentes.

De esta manera, podríamos, de forma teórica, definir 3 escalones terapéuticos en el ámbito de la actuación dietética sobre la microbiota intestinal:

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El esquema anterior tiene principalmente el propósito de dar el lugar correspondiente a las diferentes medidas de intervención. Y sobre todo diferenciar el papel de la dieta, como base de la “salud” de la microbiota, y de las posibles medidas complementarias a considerar según casos concretos, como por ejemplo la administración de un suplemento probiótico.

Evidentemente queda mucho que avanzar. Aun no conocemos los mecanismos de interrelación de la microbiota con diferentes patologías, y también el campo de investigación de la intervención clínica con probióticos y prebióticos tiene aún muchas piezas por conocer y encajar. Pero aun así, va siendo importante ir definiendo el alcance y ámbito de cada tipo de actuación, y sobre todo, desde el punto de vista del dietista – nutricionista definir el papel y lugar que tiene que ocupar la dieta y otras intervenciones más específicas.

 
 

Esperamos que te haya resultado de interés. 

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